IMPORTANCIA DE LA PISADA

Publicado el 5 de abril de 2025, 17:34

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Es un hecho constatado, que nuestra salud empieza por los pies.

Solemos relacionar el dolor de espalda, dorsal, lumbar o incluso cervical con una postura corporal incorrecta, carga de peso o movimientos repetitivos con esta parte del cuerpo, pero, ¿y si te digo que a veces lo que te ocasiona todos esos dolores está en tus pies, que una pisada pronadora o supinadora se traduce en los tobillos, artrosis en las rodillas y desbalance en las caderas?

Los pies, son la clave en la alineación de la postura corporal.

En nuestras clases de Taichi Chuan y Chikung siempre insistimos en la importancia de alinear nuestra postura.

El pie es nuestra raíz, donde apoyamos todo nuestro peso repartido entre el dedo gordo, la bola del pie y el talón, así tendremos una base firme, sólida y equilibrada, los músculos se distienden y permite que la energía interior fluya sin esfuerzo.

Abrir las piernas el ancho del cuerpo, puntas de los pies hacia delante, relajar ligeramente las rodillas colocándolas sobre el empeine y balancear el coxis ligeramente hacia adentro, hará que el cuerpo tenga una alineación más sana y cómoda. Con una correcta alineación , el cuerpo y la mente se pueden relajar, aspecto imprescindible del Taichi Chuan.

Los pies son los cimientos del cuerpo, el punto de soporte que aguanta toda nuestra estructura ósea y muscular, pero si no distribuimos correctamente el peso en ellos y sobrecargamos ciertas zonas, podemos provocarnos dolor en distintas partes del organismo, como en los hombros y el cuello, la espalda (sobre todo, en la parte lumbar), las caderas, las rodillas y, evidentemente, en los propios pies. Así, una mala distribución de las cargas en los pies puede causar una caída del arco plantar, rotación en las rodillas e inclinación de la pelvis, hecho que también repercute en la alineación de la espalda y puede ocasionar lumbalgias, cervicalgias y hombros caídos, entre otros problemas

Una pisada pronadora, a menudo está relacionada con los pies planos o muy poco puente, que son aquellos que presentan un arco plantar muy bajo. Esto supone un mayor riesgo de esguinces y torceduras en el pie y el tobillo, dolencias podales como la fascitis plantar, patologías de rodilla (síndrome de la cintilla iliotibial, problemas en el menisco interno, condromalacia rotuliana, tendinosis tibial, desalineación de la pelvis y de las rodillas.

Además, este tipo de pisada puede ocasionar dolencias de espalda, como lumbalgia y síndrome del piramidal. Esto ocurre porque las personas que pronan demasiado el pie causan una excesiva rotación interna de la tibia y de la cadera, hecho que exige un estiramiento excesivo de los músculos piramidal y glúteo y puede provocar el síndrome del piramidal o de falsa ciática. Cuando esto sucede, la persona afectada siente dolor lumbar al caminar o estar de pie que irradia por el glúteo y la pierna e impide el movimiento, de forma parecida a la ciática. Otras repercusiones de un pie pronador para la espalda son la escoliosis (curvatura anormal de la columna vertebral) y la rectificación (disminución de la curvatura natural de la columna vertebral, en alguno de sus tramos).

La pisada supinadora al contrario que en el caso anterior, está asociada a los pies que tienen un exceso de arco plantar o puente. De nuevo, puede conllevar problemas en el dorso, puesto que tanto la musculatura como ciertos huesos adoptan una posición forzada al apoyar excesivamente el peso en la parte externa del pie. Por consiguiente, un pie supinador puede provocar una sobrecarga en los gemelos y una desalineación de la columna vertebral que, en ocasiones, se traduce en cervicalgia y molestias en el cuello. Mayor facilidad para desarrollar patologías en la parte posterior del pie que pueden terminar desembocando en un espolón calcáneo, dolencias en el tobillo (tendinitis de Aquiles) y en la pierna (sobrecarga de gemelos), artrosis.

Si apoyamos excesivamente el peso del cuerpo en el interior o en el exterior del pie es importante corregir la pisada cuanto antes para evitar los problemas descritos con anterioridad y poder distribuir las cargas de forma uniforme usando un buen calzado de calidad, adecuado a cada situación, con suelas y plantillas que equilibren y amortigüen correctamente el impacto contra el suelo de nuestro pie al caminar y al hacer ejercicio.

La realización de estiramientos, ejercicios y alineamiento como el que se describe más arriba dirigidos por un Maestro con experiencia en este tema es importante ya que te puede ayudar a adoptar una correcta postura corporal para aliviar y corregir las cargas de tu pisada.

En resumen, en este artículo he intentado explicar los desbalances y problemas corporales derivados de los distintos tipos de pisada que existen, qué repercusión tienen no solo en los pies, también en todo el cuerpo, para poder evitar o prevenir problemas osteoarticulares y musculares en el futuro.

Espero que te haya ayudado.

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